SINOPSIS
El olvido y el recuerdo rara vez conviven en armonía. MANTO logra unir estas dos emociones en un mismo espacio: un territorio suspendido entre el cielo y el suelo, un tránsito invisible que no podemos ver, pero sí sentir.
Allí se guardan aromas, texturas, visiones, luces y sombras. También una dedicatoria, una nana, una lágrima y un adiós. Es un cajón invisible donde cada ser humano atesora los fragmentos de su vida.
Porque el dolor, aunque amargo, también es una joya. Una que nos hace crecer, aprender… y amar.